transgredían ninguna expectativa en aquellos días, no debemos considerar estos hechos como faltas cuando los encontramos en los escritores bíblicos. Cuando no se esperaba ni se pretendía una absoluta precisión de algún tipo en particular, no es un error el no haberla logrado. La Escritura es inerrante, no en el sentido de ser absolutamente precisa según las normas modernas, sino en el sentido de cumplir con lo que declara y alcanzar esa medida de verdad enfocada que sus autores pretendían. La veracidad
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